Por: Alexander Jiménez*
Lo que en su momento fueron consideradas las mejores y más efectivas estrategias de campaña —ataques feroces a un gobierno señalado como débil, con luces escasas y sombras tan densas que las apagaban por completo— hoy se han convertido en un bumerán que golpea al propio PRM.
Las mismas frases, denuncias y críticas que utilizaron en 2019-2020, la oposición de hoy solo tiene que desempolvarlas, cambiarles la fecha y lanzarlas de vuelta contra un gobierno que luce atrapado en el mismo escenario que prometió superar.
Si revisamos los grandes temas que fueron bandera del PRM en la oposición —educación, sector eléctrico, salud, endeudamiento, inversión pública—, el panorama actual revela un balance negativo: no solo no hay avances significativos, sino que en muchos de esos renglones la situación ha empeorado.
Pero hay dos áreas que, en su momento, fueron punta de lanza de la narrativa opositora del PRM: corrupción y gasto en publicidad estatal. Paradójicamente, en ambos renglones este gobierno parece encaminado a romper récords históricos.
Los escándalos de corrupción ventilados en los medios proyectan cifras y casos que podrían superar cualquier administración anterior. Lejos de apagar ese fuego, el PRM parece estar quemando su propio velero, arriesgándose a naufragar en las mismas aguas en las que trazó la ruta hacia el poder.
El gasto publicitario es otro frente crítico. A pesar de situarse en montos alarmantes, nunca antes vistos, no logra su objetivo: la sociedad ya no se traga la narrativa oficial ni los spots cuidadosamente producidos para televisión y redes. La palabra “cambio”, que en 2020 fue bandera de esperanza, hoy irrita a amplios sectores de la clase media y media baja, al punto de que estrategas de comunicación habrían recomendado eliminarla del discurso gubernamental.
El PRM ha entrado en una fase peligrosa: la pérdida de confianza ciudadana. Esa confianza que una vez le abrió las puertas del Palacio Nacional hoy se erosiona rápidamente.
Ante este escenario, la oposición tiene el reto y la oportunidad de asumir una postura responsable: no limitarse al ataque vacío, sino articular una línea opositora constructiva que represente a una ciudadanía golpeada por la incapacidad de un gobierno que parece haber olvidado a los más necesitados.
Máster en Comercio Internacional – Informático
Emprendedor y Político
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