Por: Librado Guzmán, comunitario
Hoy me duele tener que hablar en contra de nuestros regidores, pero hay que decir la verdad. En este municipio no tenemos regidores trabajando a favor de los munícipes como se supone que deberían hacerlo.
En su momento, la excusa era el dinero: los 50 mil pesos de dietas. Fui yo quien convenció al alcalde de que se les pusiera, pensando que así se dedicarían a fiscalizar y representar a la comunidad como manda la ley. Pero ahora vemos que, lejos de cumplir su rol, algunos regidores han pasado al chantaje, queriendo ser ellos mismos los cobradores de los impuestos, cuando su función es fiscalizar, no administrar ni manejar cobros.
Una Alcaldía se dirige de forma interna, con departamentos organizados y personal técnico, pero hoy tenemos regidores sindicalistas, sicarios de invasiones y oportunistas, que han convertido el cabildo en un “arroz con mango”, entorpeciendo la institucionalidad.
Estoy de acuerdo con que se desnude la verdad, caiga quien caiga. Hay regidores que están dañando la imagen de los honorables regidores que sí trabajan, que son la mayoría. No podemos seguir callando ante quienes usan mentiras y falacias para disfrazar sus intereses personales.
Al Director de Planeamiento Urbano le digo: no dé para atrás ni para coger impulso. La verdad se conoce en los tribunales, donde se presentan pruebas reales, no bochinches ni chismes de pasillo. Si hay irregularidades, se demuestran con papeles, no con amenazas ni chantajes.
Ya basta de chantaje. Los regidores fueron elegidos para servir, fiscalizar y legislar a favor de los munícipes, no para amedrentar ni manipular la administración municipal.
Es tiempo de hablar claro y ponerle fin a quienes creen que el pueblo se va a quedar de brazos cruzados.
¡Basta ya!
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