Es lamentable que figuras públicas como La Insuperable, con gran alcance e influencia en la juventud, no midan las formas ni el contexto al momento de representar su imagen frente a instituciones serias como la Policía Nacional.
Su reciente visita al director general de la Policía ha generado indignación, no solo por la ligereza del atuendo escogido, sino por el claro irrespeto que esto representa hacia una entidad que, guste o no, simboliza la autoridad, el orden y el protocolo institucional.
No se trata de moralismos ni de querer imponer un estilo, se trata de entender el lugar y el momento. No es lo mismo asistir a un concierto que presentarse ante la máxima autoridad de un cuerpo castrense. Un pantalón roto, una blusa inapropiada o una actitud relajada podrían tener cabida en otros espacios, pero no en uno donde el respeto al uniforme y al protocolo es esencial.
Las artistas también educan, también son modelos, también influyen. Ojalá este episodio sirva de reflexión para ella y para otros que piensan que “ser urbano” es sinónimo de perder la esencia del respeto y la formalidad.
Hay que saber vestirse para cada ocasión.
🖋️ Ingrid Abreu
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