Por: Wendy Luzon
Concejal por la ciudad de Lawrence
Esta semana he recibido numerosas llamadas de ciudadanos profundamente preocupados por las expresiones ofensivas que el señor alcalde emitió durante su participación en un programa de radio. En dicho espacio, el alcalde se refirió de manera irrespetuosa al presidente Jeovanny Rodríguez, al vicepresidente Infante, a las concejalas Vivian Mármol y Fidelina Santiago, y a mi persona.
Debemos cuestionarnos seriamente:
¿Es un programa radial el foro adecuado para discutir temas tan serios como el presupuesto municipal?
Señor alcalde, la Cámara del Concilio es el espacio legítimo para ese debate. Un espacio que usted visita esporádicamente, mientras su asesor principal —con mayor madurez institucional— intenta mantener canales de diálogo con este cuerpo legislativo.
Y que quede absolutamente claro:
El Concejo Municipal no trabaja para usted.
Somos un órgano legislativo independiente, elegido por el pueblo para representar sus intereses, legislar con responsabilidad y fiscalizar el uso de los recursos públicos. No estamos aquí para obedecer ni para convalidar decisiones sin transparencia.
Usted, lamentablemente, ha optado por el camino del enfrentamiento. En lugar de abrir la puerta al diálogo institucional, ha preferido emprender una campaña pública de descrédito. Nos ha llamado canallas, perversos, maliciosos, descarados, malos y dañinos.
Ese no es el lenguaje de un servidor público.
Eso es violencia verbal.
Y sí, un líder no violenta con palabras. Un líder respeta, escucha y construye soluciones.
Además, usted insiste en confundir a la ciudadanía, difundiendo narrativas falsas, actuando con cobardía al no asumir la responsabilidad que su cargo exige.
La verdad, señor alcalde, es que la ignorancia, cuando se combina con arrogancia y poder, no solo es atrevida: es peligrosa.
Y sí, somos Mosqueteros, porque unidos estamos cumpliendo con nuestra responsabilidad: defender al pueblo que nos eligió.
Y lo haremos con firmeza, con respeto a la ley, y con el compromiso de seguir luchando por una ciudad más justa, más transparente y más digna.
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When arguments are lacking, people resort to insults, misinformation, and defamation.
This week, I received numerous calls from concerned residents regarding the offensive and inappropriate remarks made by the Mayor during his appearance on a radio program. In that space, the Mayor referred disrespectfully to President Jeovanny Rodríguez, Vice President Infante, Councilors Vivian Mármol and Fidelina Santiago, and myself.
We must seriously ask:
Is a radio show the appropriate forum to discuss matters as serious as the city budget?
Mr. Mayor, the City Council Chamber is the legitimate space for such debate. It is a space you only visit sporadically, while your chief advisor—showing greater institutional maturity—attempts to maintain communication with this legislative body.
Let me be absolutely clear:
The City Council does not work for you.
We are an independent legislative body, elected by the people to represent their interests, legislate responsibly, and provide oversight of public funds. We are not here to obey or rubber-stamp decisions made without transparency.
Unfortunately, you have chosen the path of confrontation. Instead of opening the door to institutional dialogue, you have launched a public campaign of defamation.
You called us scoundrels, perverse, malicious, shameless, evil, and harmful.
That is not the language of a public servant.
That is verbal violence.
And yes, a true leader does not inflict violence with words. A true leader respects, listens, and works toward solutions.
Furthermore, you continue to deliberately mislead the public, spreading false narratives while cowardly avoiding the responsibilities your position requires.
The truth, Mr. Mayor, is that ignorance, when combined with arrogance and power, is not only bold—it is dangerous.
And yes, we are Mosqueteros, because together we are fulfilling our responsibility to defend the people who elected us.
And we will continue to do so with integrity, respect for the law, and unwavering commitment to a more just, transparent, and dignified city.
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