La abogacía dominicana no puede volver al pasado, seguir con el presente ni fallarle al futuro.
La crisis institucional que vive el Colegio de Abogados de la República Dominicana, CARD, es un retrato de cuerpo entero de la falta de conciencia sobre la importancia de un gremio que represente a nuestra clase y sea parte integral del desarrollo del país.
La máxima dirección del CARD y cada seccional deben estar a cargo de profesionales del derecho con pleno ejercicio, que vivan el día a día de la realidad del sistema judicial.
La profesión del Derecho debe contar con una casa grande que sea su refugio, que hable por ella y la dignifique.
Pensemos nuestro próximo paso gremial.
Lic. Bunel Ramírez Merán
No hay comentarios:
Publicar un comentario